Espanto

Los fantasmas del antiguo caserón incendiado del pueblo no terminan de consumirse. 
Aunque los va erosionando el olvido. 
Regresan la noche del año en que hay luna llena roja. 
No saben muy bien a qué vienen al principio. 
Los padres deambulan confusos, las hijas distraídas. 
Se pierden entre las habitaciones sin encontrarse. 
Buscan en secreto quién inició el fuego. 
Un año lo descubre uno, al siguiente, otro. 
Lo intentan por la esperanza de detener el cíclico vagabundear, pero el siseo intempestivo y metálico de las lechuzas usualmente los espanta de horror antes de encontrarse. 
También este año las cuentas seguirán sin saldar.

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