La consigna - 6º entrada

Miércoles. 18 hs.

La clase de yoga no me relajó para nada. 

Fabián dice que si me cuesta tanto que deje pasar un día, que me olvide de la consigna y luego retome con la mente despejada. Pero tengo solo una semana para desarrollar la idea, redactarla y luego corregirla. ¡No puedo tomarme un día! ¡Ni siquiera medio! ¿Qué dirían mis nuevos compañeros de curso, que a la primera de cambio se me perdió toda la creatividad y la genialidad que mostré la primer clase? 

Es una tortura. 

Odio la frase que nos propuso como disparadora y a los dieciocho amores que no entrarían ni con calzador en el espacio de dos páginas al que nos limitó el profesor.

Ignacio me espera mañana más temprano “para conversar”. Fue lo único que dijo. Tengo que estar mejor preparada que nunca. Hoy duermo con pepinos en los ojos. 

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